El próximo 28 de junio se conmemora el Día del Orgullo LGTBIQA+ en todo el mundo. Es por ello que la Secretaría de la Mujer, Anarkofeminismo e Igualdad de CGT-A Ceuta y Melilla quiere poner el foco en un momento de nuestra historia más reciente y, con nuestro recuerdo, homenajear y hacer justicia a las victimas de lo acontecido en el Pasaje Begoña de Torremolinos.
De sobra es conocido el boom turístico de Torremolinos de los años 60 y 70, pero junto con ello se estaba dando otro fenómeno. Con la afluencia de personas provenientes de todos los rincones del mundo, de estrellas de Hollywood, integrantes de las realezas, …se fue generando una atmósfera de libertad, diversidad y vanguardia.
Y todo esto se estaba dando cuando España aún estaba bajo el yugo de la dictadura. . Al principio poco les importó a las autoridades, que se estaban llenando los bolsillos con las divisas extranjeras, el aperturismo que se estaba abriendo paso. Una avalancha de turistas llenó la ciudad, y convirtió el Pasaje Begoña en un referente de convivencia de la comunidad LGTBIQA+.
La incomodidad de una “señora” con una mente estrecha y corta de miras fue el detonante para acabar con ello. En los últimos coletazos de la dictadura, las autoridades olvidaron los beneficios y la buena prensa que estaba consiguiendo el Pasaje, Torremolinos y toda el área cercana. No podían permitir que siguiera creciendo la importancia que llegó a tomar esta “isla de la libertad” en que se convirtió el Pasaje Begoña.
El 24 de junio de 1971, las autoridades fascistas sacaron toda su maquinaria de represión. Brutalmente cargaron contra los establecimientos del Pasaje y las áreas circundantes. Realizaron más de un centenar de detenciones por considerar a esas personas “peligrosas socialmente” por atentar contra la moral y las buenas costumbres.
Volvieron a sucederse los abusos y las represalias contra la comunidad LGTBIQA+. Encarcelamientos ilegales, torturas, vejaciones. Poco importaron en un primer momento las presiones internacionales, porque arrasar, arrasaron con todo el mundo.
Pero lo peor quedó para la ciudadanía nacional. Mientras que las personas de otros países fueron poco a poco repatriadas, los y las españolas se quedaron en el limbo por meses, con traslados a distintos penales, en espera de saber qué suerte correrían.
Lo vivido en el Pasaje Begoña es sólo una muestra de la represión que el colectivo LGTBIQA+ ha sufrido. Durante toda la dictadura, y aún sin contar con una ley específica al respecto, se les ha perseguido y se les ha tildado de personas enfermas o incluso de psicópatas para así explicar lo que consideraban “conductas anómalas”.
Hemos de denunciar la invisibilización de estas víctimas. Al tiempo que otras personas represaliadas fueron liberadas por la Ley de la Amnistía y posteriormente se les reconoció su condición de víctimas y más o menos fueron reparadas, nada de esto sucedió con quienes sufrieron abusos y encarcelamientos por ser gays, lesbianas o trans.
Quienes seguían en las cárceles no salieron en libertad hasta ya en plena “democracia” en 1979, tras la aprobación del Real Decreto de diciembre de 1978 que excluyó la homosexualidad de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social , y apenas fueron reparadas durante el gobierno de Rodríguez Zapatero.
Nunca a estas personas, encarceladas bajo las leyes de Vagos y Maleantes y la de Peligrosidad y Rehabilitación Social, se les ha reconocido la condición de víctimas del franquismo. Fueron perseguidas durante toda la dictadura por atentar contra la “falsa moral democristiana” pero también por ser un nido de disidencia, rebeldía e ideas de libertad.
Así que ahora, MÁS QUE NUNCA, tenemos que hacer su lucha y su orgullo nuestro.
