Posverdad Sindical: Muchos pies en las instituciones y pocos en las calles

sindicatos del sistema

Hemos detectado la consolidación de la estrategia política a la que se alinea el nuevo espacio político encabezado por Yolanda Díaz. Esta se basa en un contrato social sustentado en el diálogo con la patronal y las dos grandes centrales sindicales, CCOO y UGT. Su objetivo: favorecer una mayor implantación sindical y fomentar la participación de las personas trabajadoras en la empresa.

El modelo sindical en España, regulado en la Ley Orgánica 11/1985 de Libertad Sindical, promueve la representatividad sindical mediante elecciones sindicales. Sin embargo, este sistema limita la existencia de representantes sindicales en pequeñas y medianas empresas. Con una audiencia electoral del 10% a nivel estatal y un 15% en el ámbito autonómico, se consigue un reconocimiento institucional de los sindicatos. Este reconocimiento ha llevado a un control del conflicto laboral y a una gobernabilidad de las grandes centrales sindicales.

La integración de los sindicatos en un Estado dominado por políticas neoliberales ha limitado el margen de maniobra de los sindicatos. Estos han encontrado en la concertación, su fuente de poder, y de financiación.

Desafíos a nivel global y local

Actualmente, la inflación y la emergencia eco-social han desatado luchas sociales en todo el mundo. Destacan las luchas recientes en India, Reino Unido, Francia y Alemania. Sin embargo, frente a este incremento en la conflictividad social, las grandes centrales sindicales españolas han optado por abandonar demandas en favor del fortalecimiento de un gobierno del “progreso”.

Resulta esencial señalar que CCOO y UGT no han liderado las grandes victorias socio-sindicales de los sectores más precarios de los últimos años. No podemos olvidar hitos como la laboralidad de los “riders” o la ratificación del Convenio 189 de la OIT del Trabajo Doméstico.

Cuestionando la estrategia sindical

La actual estrategia sindical de diálogo social no ha brindado soluciones a los grandes desafíos y demandas sociales de los últimos años. Tampoco ha funcionado como un escudo ante las dinámicas más agresivas de la patronal. A pesar de su promoción como victoria, la adopción de políticas neoliberales no puede ser integrada en la reforma laboral más progresista de la historia.

Esto subraya la necesidad de independencia política y organizativa del sindicalismo frente a las estrategias político institucionales de los partidos políticos. No podemos permitir que la posibilidad de victorias se relegue a una estrategia de instrumentalización en función de la situación electoral de cada momento.

Por otro lado, la llamada “democratización de las empresas” a través del poder sindical tiene sus limitaciones. Aunque la reivindicación de más participación y control en las decisiones empresariales es legítima, esto no debe traducirse en la formación de aristocracias obreras.

Con la llamada uberización de la economía, la negociación colectiva está muy debilitada. Existen enormes diferencias entre sectores y empresas, siendo los sectores industriales con alta capacidad de acción los que presentan mayores porcentajes de sindicación.

Mirando hacia el futuro

El sindicalismo se enfrenta a grandes retos, algunos de los cuales arrastra desde hace tiempo. No existen soluciones simples, pero una premisa debe ser clara: no puede existir una integración de intereses con la patronal, solo hay salida desde una estrategia sindical propia como clase trabajadora.

Es esencial que los sindicatos establezcan un horizonte comunitario. No debemos renunciar a las luchas parciales, aunque sí debemos ampliar la mirada, y no entender la acción sindical en términos de rentabilidad.

No será fácil, pero la supervivencia de los sindicatos de clase requiere nuevas estrategias organizativas. Solo con una acción colectiva estaremos preparados para revertir décadas de derrotas.


Fuente:
https://www.elsaltodiario.com/el-jornal-andaluz/posverdad-sindical-muchos-pies-instituciones-pocos-calles

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