Han sido las recientes reformas laborales las que han convertido la enfermedad comun, en ciertos supuestos y con tasas de absentismo empresariales por encima del dos y medio, en motivo suficiente por el que podemos perder el puesto de trabajo. Es lo que se conoce como despido por absentismo justificado.
Si unimos esta nueva facultad de despido a la otra, maquiavelica, que practica nuestra empresa, la de escudarse, paradojicamente, en la vigilancia de la salud para, mediante un reconocimiento medico en caso de reincorporacion por baja de larga duracion, despedirte por declararte una ineptitud sobrevenida, nos encontramos en la sorprendente situacion de que enfermar, fuese larga o corta la recuperacion, es motivo suficiente para que te echen a la calle.
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