La empresa pública sigue sin digerir los resultados de las elecciones sindicales en las que CGT obtuvo un tercio de la representación, 3 de 9 miembros de comité, y acostumbrada al “si bwana” se ha encontrado con un sindicato que pide explicaciones e intenta hacerle cumplir sus obligaciones empresariales, por ello ha dado comienzo a una persecución directa hacia la afiliación a CGT y sus miembros en el comité.
Que se le obligue a entregar las ropas del uniforme, que se le cuestione como empresa “machirula” por no permitir mujeres en los distintos oficios, que se tenga paralizado el convenio y se sepa, que se niegue la información a CGT de los acuerdos y trapicheos con el presidente del comité, ccoo, que se denuncie el estado nefasto de la flota de vehículos y de las instalaciones, que se exija la creación de 70 nuevos puestos de trabajo incluyendo a mujeres para minimizar la continua pérdida de empleo… es algo revolucionario para unos gestores públicos que no son capaces de entender que significan las relaciones laborales y prefieren intentar acallar al mensajero con rAñadir nuevaepresión y coacciones.
CGT no va a permitir que un grupo de elegidos a dedo perpetúen en OBIMACE, como empresa pública, un régimen absolutista que no respeta las normas básicas de las relaciones laborales y que se continúe profundizando en el desmantelamiento progresivo, en el machismo empresarial y en el ocultismo sobre todo lo que interesa a la plantilla.