La justicia, la herramienta legal que debe velar por la verdad y el cumplimiento de las leyes, es una maquinaria tan lenta como obsoleta y poco ágil, para hacer frente al caos social y laboral creado por estas políticas destructoras de derechos de la clase trabajadora.
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Parece que ya asumiéramos que un litigio pudiera durar años, cuando su propia legislación, en lo que afecta a los trabajadores/as, Ley Reguladora de la Jurisdicción Social marca lo contrario con unos plazos breves y fijados en días, pero es la “mejor” justicia que tenemos por el momento.
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La única manera legal de defensa ante los abusos empresariales es entrar en el circo de la justicia o por el contrario hacernos fuertes y plantar cara por la vía sindical para atajar las imposiciones y el maltrato laboral.
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Es importante que conozcas que si estás expuesto/a a un combate con una empresa que te quiere dinamitar o que no te respeta los derechos básicos, antes de acudir a la justicia, puedes organizarte sindicalmente y plantear acciones de protesta a las puertas de la empresa, huelgas, publicitar como actúa la empresa contra sus trabajadoras/es, etc. que es lo que se denomina acción sindical.
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Todo depende de la situación personal. Hay veces, que ante tanto abuso no puedas más e intentes negociar la marcha. Si no es posible y no puedes aguantar, irte y abandonar, lo que supone la pérdida de derechos, retribuciones, antigüedad, indemnizaciones… estas no son las más recomendables, o como una vez me aconsejaron, llegar hasta el final.
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La decisión hay que meditarla bien y debo decir que gracias a mi sindicato, la autodefensa es una habilidad que se puede adquirir y desarrollar. El conocimiento nos hace más fuertes, por ello si te encuentras en situaciones como las relatadas, te animo que te unas a nosotros y hagas más fuerte tu barricada.
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Carol Garrido
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