Estamos a las puertas de unas elecciones generales. Los partidos de la denominada “ultraderecha” han ganado terreno en la intención de voto en estos últimos meses. Todo parece indicar que haciendo coalición gobernarán en Madrid. No cabe decir que CGT no va pronunciarse sobre la conveniencia o desaveniencia de votar a un partido u otro. Hay una palabra que define esta postura con claridad: Anarcosindicalismo.
Sin embargo, no podemos esconder nuestra preocupación sobre que, gane quien gane las elecciones, la sombra del Fascimo tome cada vez más cuerpo en nuestra sociedad. Una sociedad ya herida de gravedad por las acciones llevadas a cabo por los principales poderes políticos y económicos. Acciones con las que pretenden marginar a los núcleos de población más débiles hasta su exterminio.
Para ello se sirven de herramientas que ya, por desgracia, conocemos. Empobrecimiento, sobre-urbanización , patriarcado, capitalismo, tecnologización masiva, aumento de la militarización, privatización de los servicios públicos, encarecimiento de los alimentos básicos, exterminio medioambiental, aniquilación animal, etc. Todo ello justificado con un más que dudoso crecimiento económico que garantiza el bienestar social. Nada más lejos de la realidad. Y es que, aunque nos digan continuamente lo contrario con sus medios de desinformación, estamos absorbidas por este remolino de injusticias que nos ahoga.
En esta casa sabemos que al bienestar social no se llega a través de la sobre explotación, invisibilización y marginalización del Sur Global. Un Sur Global que no sólo existe en aquellos paises del llamado Tercer Mundo o en vías de desarrollo. También está presente en nuestras ciudades, en nuestros pueblos, en nuestros barrios… y seguramente en nuestras casas.
Al bienestar social se llega a través de la equiparación de derechos para todas las personas (y animales) y garantizando unos recursos mínimos para todas y para las generaciones venideras. Es necesario que tengamos claro que esto nos ocurre, seamos mujeres, negras, migrantes, lesbianas, gays, ancianas, gordas, animales, etc…, porque nuestros opresores son los mismos para todas. Sea cual sea tu condición o aquello que te define, desde su retrógrada perspectiva, si no eres lo que debes ser, estás fuera.
Es necesario que identifiquemos esas herramientas con las que nos cosifican, nos usan y reducen a la minima expresión, para hacer frente al Fascismo. Y para ello, es necesario primero que estemos dispuestas a hacer cambios en nuestra vida diaria. Debemos levantar la mirada de nuestro ombligo y ver de qué manera somos parte de esa cadena de opresión.
Hecho esto, estaremos en disposición de deconstruirnos y hacer cambios. Cambios que busquen y se traduzcan en mejoras para todas y, por lo tanto, para nosotras y nuestro entorno directo.
Alberto, activista y persona implicada y sensible a las distintas realidades de la sociedad en que nos ha tocado vivir, es un claro ejemplo de ello. Con su honestidad, con su sencillez y con su coherencia, ha sabido verse a sí mismo como parte de un todo, cambiar la visión y darse cuenta de que el camino correcto es el del bien colectivo. Pero Alberto podríamos ser cualquiera de nosotras.
Por lo tanto, nos parece indispensable que alguien como tú, con una situación, si no igual, similar a la tuya, tenga voz y tome la palabra en la V Escuela Libertaria Andaluza. Su andadura le llevará a hablarnos del Fascismo, de sus efectos, del ayer, del hoy, y de como combatirlo desde una perspectiva sindicalista.
Así que no puedes perderte la charla que Alberto va a dar el sábado 29 de julio a la una y cuarto de la tarde. Porque estamos seguras de que, en cada palabra, en cada gesto, en cada respiración,… te verás reflejada a ti misma.
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