Como se recordará, CGT realizó el pasado 8 de octubre una acción de protesta por la situación de la plantilla de OBIMACE en el polígono del Tarajal y se expuso públicamente que, de no haber soluciones inmediatas a la situación de desamparo en materia de seguridad y salud en el plazo de 15 días, se adoptarían otras acciones más drásticas.
La empresa municipal, en lugar de atender los requerimientos anteriores de la Inspección de Trabajo tras la denuncia de CGT para adecentar y adaptar a las condiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo establecidas en el RD 486/97, ha procedido a eliminar directamente la dependencia de OBIMACE en el polígono del Tarajal, dejando a los miembros de la plantilla en una situación de desprotección absoluta y a merced de las condiciones climáticas extremas, sin agua para refrescarse ni beber, sin aseos, sin lugar de descanso, sin armarios taquilla… Tratando cruelmente y maltratando a la plantilla como si de despojos humanos se tratase.
Agotado el plazo sin que se haya puesto coto a las condiciones infrahumanas en las que se hace trabajar a los empleados de la empresa pública en las naves del Tarajal y sin que haya nuevo pronunciamiento de la Inspección de Trabajo ni actuación por parte de esta para paralizar la actividad, la plantilla de OBIMACE en el polígono del Tarajal, tras una situación que se extiende desde el pasado mes de junio, colma su paciencia, y el próximo día 30 pasará a la acción directa.
La llamada de emergencia de los trabajadores de OBIMACE cae en el vacío sin que se adopten soluciones ni por la empresa ni por el Consejero responsable, por lo que, si no hay solución inminente, el próximo miércoles 30 de octubre se llevará a cabo un encierro en el Palacio de la Asamblea hasta resolver la situación de indefensión que padecen la docena de trabajadores en cuanto a condiciones mínimas de seguridad y salud en el trabajo, todo ello por caprichos individuales del técnico del servicio y del encargado general.
Mientras OBIMACE sitúa a sus empleados al filo del abismo, poniendo en grave riesgo su seguridad y salud laboral debido a la eliminación del módulo que les servía como sala de descanso, vestuario, aseo y punto de dotación de agua corriente y agua potable, ni los responsables de la empresa, ni los responsables municipales, ni el Sr. Inspector de Trabajo muestran empatía ni intención alguna de acabar con la grave situación provocada. Ante esta desidia, los trabajadores se ven forzados a “tomar la sartén por el mango”.
Queda demostrado que la prevención de riesgos laborales y el respeto a la ley para evitar repercusiones negativas en la seguridad y salud de los trabajadores o simplemente que puedan acceder a agua potable, ducharse tras el trabajo sudoroso y sucio de recogida de todo tipo de residuos sólidos en el polígono o contar con un lugar que dé sombra o los cobije de la lluvia durante el periodo de descanso… no están en la agenda del Ayuntamiento ni de la empresa OBIMACE, que dispensan un trato ilegal y despreciativo hacia la plantilla, como si fueran perros callejeros. Los trabajadores, con el apoyo de CGT, deben adoptar las medidas legales previstas en la ley para proteger sus condiciones mínimas en los lugares de trabajo y paralizarán la actividad trasladándose al encierro en el despacho del Consejero debido a la gravísima situación de insalubridad en la que se les hace trabajar, recordando que alguno de los afectados sufre condiciones especiales derivadas de una enfermedad grave con limitaciones severas.
La plantilla no quiere lujos, solo que se les dote de un lugar adecuado que reúna las mínimas condiciones previstas en la ley de prevención de riesgos laborales y reales decretos que la desarrollan para descanso y posibilidad de aseo.
Nos encontramos ante el último aviso del SOS laboral antes de que se pueda producir alguna desgracia o se paralice la actividad por riesgo grave e inminente, a instancias de una plantilla que no aguanta más.
Tic-tac, tic-tac… el reloj no se detiene.