CGT muestra disconformidad con la propuesta empresarial en la huelga de Acerinox

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CGT Metal Campo de Gibraltar muestra su disconformidad con las recientes actuaciones de los sindicatos CCOO, UGT, USO y CTA en el conflicto que mantienen las personas trabajadoras de Acerinox en Los Barrios.

La última reunión, celebrada el pasado 10 de junio en Sevilla, concluyó con una propuesta empresarial que, lejos de mejorar la situación, la empeora, incluyendo un ERTE. Esta propuesta fue rechazada por el sindicato ATA y el delegado independiente (CGT), mientras que el resto de sindicatos la aceptaron de buen grado.

CGT Metal, tras analizar la propuesta, no la ve con buenos ojos ya que supone una merma de derechos económicos y sociales, incrementa la precariedad y devalúa los puestos de trabajo. Además, erradica la creación y estabilidad de empleo e introduce la figura de los ERTES, generando incertidumbre e inseguridad laboral.

El “SI” a esta innombrable propuesta ha sido público por parte de CCOO, UGT, USO y CTA, conforme han transmitido a la opinión pública y a la plantilla a través de los medios de comunicación. Sin embargo, olvidan que las personas trabajadoras de Acerinox son quienes tienen que decidir sobre esta paupérrima propuesta.

Desde CGT retamos a estas organizaciones sindicales a concurrir en una asamblea general ante la plantilla de modo directo, sin intermediarios, para que expliquen y defiendan cómo algo que hace poco era tan malo ahora es bueno.

Se dice que han hecho asambleas informativas entre su afiliación, fomentando el malestar y la división obrera en la factoría de Palmones. Siempre las asambleas han sido para toda la plantilla, y de ahí emana la falta de respeto hacia la globalidad en la toma de decisiones de afectación común.

Esconderse tras unas pseudovotaciones, que parece quieren llevar a cabo, demuestra una absoluta falta de ética, coherencia y saber estar. Además, conocen de primerísima mano que esta no es la voluntad de la gran mayoría de las personas trabajadoras de Acerinox.

Ese no es el camino. Las asambleas generales deben seguir mandando por encima de intereses sindicales espurios.

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