Era 19 de Agosto de 1936. La calima veraniega convertía en asfixiante el ambiente de la ciudad, no se podía dormir tranquilo.
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Pero los que vivieron esos días del año 1936 no sólo recuerdan la intranquilidad por el calor, sino por el inquietante fenómeno del crimen llamando a las puertas de muchos hombres y mujeres. Durante un tiempo, sacaban a mucha gente de sus casas a punta de pistola. Eran los desaparecidos, aquellos de los que no se volvió a saber nada, o de los que sólo un rumor señaló algún rastro de un cuerpo asesinado en una trocha o en una cuneta.
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El 19 de Agosto de 1936 fue asesinado en Jerez Sebastián Oliva Jiménez. Destacado militante del sindicato CNT (Confederación Nacional del Trabajo), concretamente en el gremio de Campesinos, y que llegó a presidir la Federación Nacional de Obreros Agricultores durante varios años. Asimismo, fue director del periódico La Voz del Campesino en diversos períodos (1917-18 y 1932). Residía en Jerez de la Frontera, en la calle Cruces.
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En numerosas ocasiones Sebastián fue detenido o encarcelado por distintas autoridades, en períodos de represión, por lo que no era de extrañar que a partir del 18 de Julio de 1936 las fuerzas golpistas del fascismo lo buscaran para asesinarlo, al considerarlo un objetivo por su trayectoria sindicalista.
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Días después del 18 de Julio de 1936, Sebastián Oliva huyó de la ciudad de Jerez hacia el campo, a una viña de la zona, para esconderse allí y evitar que lo matasen.
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En varias ocasiones la Guardia Civil lo buscó en su domicilio familiar, pero al no hallarlo, urdieron un plan para localizarlo. En concreto, siguieron a su hijo, Eliseo, que llevaba víveres a su padre a la viña donde estaba escondido. Los agentes de la Guardia Civil localizaron allí a Sebastián y lo detuvieron. Una vez detenido, esperaron a Eliseo y le dijeron “toma el bastón de tu padre, que ya no lo va a necesitar más”. A partir de ahí la familia de Sebastián no supo nada más, aunque su hija, María, recordaba la fecha de su fusilamiento, el 19 de Agosto de 1936, y que un hombre dijo ver el cadáver en la antigua carretera de El Puerto de Santa María.
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Cada 19 de Agosto de cada año, María se ponía enferma, muy enferma, y se metía en la cama todo el día. Sus hijas recuerdan cómo su sufrimiento la marcó de tal manera que ocupó su corazón y su mente el resto de su vida.
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Dentro de unos días, Carmen García Oliva, nieta de Sebastián e hija de María, declarará en el Consulado de la República Argentina en Cádiz, para narrar la desaparición forzada de su abuelo, con el objetivo de anexar su caso a la Querella argentina de la Jueza Servini que persigue los crímenes del franquismo. Crímenes que el derecho internacional considera de “lesa humanidad”, y que no prescriben. Pero que aquí, en España, por algún motivo oscuro, no pueden ser investigados ni juzgados.
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Parece que esa calima veraniega, tan pesada que todo lo ocupa, se extiende hasta nuestros días.
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Allá donde estés, que la tierra te sea leve, Sebastián Oliva.
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http://www.lavozdelsur.es/en-el-80-aniversario-del-fusilamiento-de-sebas…
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