Los grandes problemas estructurales y sociales que miles de trabajadoras y trabajadores reclamamos en las calles siguen presentes e incluso se han profundizado: aumenta el trabajo precario; el problema de la vivienda se hace más agudo; la educación y salud públicas están en completa precarización y se ha añadido un nuevo factor, una inflación que cada vez se vuelve más dura que nos golpea de lleno a las familias obreras y populares. Y son justamente productos de primera necesidad los que se han visto enormemente encarecidos, además del combustible.
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Muy preocupante es el aumento de la inflación promedio del año, que el Banco de España sitúa en un insoportable 7,8% para el conjunto de 2022, máxime teniendo en cuenta que la entidad ha estimado el plan del Gobierno y sus efectos moderadores en el precio de los combustibles y de la energía, con entre un 0,5% y un 0,8% de reducción del IPC. El impacto sobre el ahorro de las familias será notable y se deberá prestar atención a sus efectos en el bienestar y el consumo de los hogares, particularmente de los más vulnerables.
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La clase obrera celebra el Primero de Mayo en un momento político y económico de gran desconcierto, afrontando las consecuencias de una aterradora depresión económica a la que se une una guerra Inter imperialista (Rusia-EEUU) donde Ucrania sufre las consecuencias.
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El capital mundial y los países imperialistas enfrentan una pelea por el control de los mercados y los intereses geopolíticos sin dudar en dar el paso hacia una guerra abierta en el este de Europa donde los imperialismos buenos no existen.
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Por otro lado, las promesas del gobierno español en cuanto a la derogación de la reforma laboral y la ley mordaza se han frustrado en cuestión de meses. La Reforma Laboral consensuada con la patronal ha dejado en pie el 95% de la impuesta por Rajoy en 2012, como reconoce la propia CEOE. La traición al pueblo saharaui por parte del gobierno español, reconociendo, en contra de las disposiciones de la ONU, la soberanía del régimen marroquí sobre el Sahara occidental es una decisión que nos coloca aún más claramente como subordinados a los intereses de EEUU en el tablero geopolítico de África.
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La situación económica, social y política no puede ser más difícil: No hay perspectivas de que la crisis pare sino que, por el contrario, todo apunta a un endurecimiento de la dictadura del capital. La crisis financiera y de la deuda iniciada en el periodo 2008-2013 y empeorada por la pandemia, el encarecimiento bestial de los combustibles y la energía y ahora la guerra en el este de Europa, vaticinan un empeoramiento de las condiciones de vida y trabajo de la mayoría social y por tanto el auge del fascismo.
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El fascismo o la extrema derecha atacará a los sindicatos, las mayores estructuras de la clase trabajadora que aún subsisten en nuestro país con capacidad de ayudar a articular la pelea por los derechos laborales y sociales de los trabajadores.
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En los próximos años veremos sin duda un incremento de la malignidad de los ataques de la patronal instigados por el éxito institucional de la extrema derecha, VOX.
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CGT junto a otros sindicatos de clase son hoy la principal herramienta que tenemos los trabajadores y las trabajadoras para hacer frente al capital.
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Necesitamos una CGT fuerte, combativa y unida en su determinación a la hora de parar al capital.
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Este primero de mayo, hay que avanzar en la construcción de una organización fuerte de la clase trabajadora, por la independencia de clase, contra la guerra de los capitalistas y por una salida de fondo ante la crisis mundial, por un gobierno de las y los trabajadores de ruptura con el capitalismo, y para que nuestras vidas valgan más que sus ganancias. A aquellos y aquellas sindicalistas honestas, recordad a vuestras organizaciones que los sindicatos son una herramienta de lucha de clase obrera, se acabó el pacto y la conciliación, es la hora de luchar.
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Debemos ayudar como CGT en la organización y unidad de nuestra clase, en todos los espacios en los que esté presente la clase trabajadora, también en los barrios en la acción social y no solo sindical – pues el capital no solamente ataca los centros de trabajo, sino que también ataca a la reproducción social de nuestra clase como es el desmantelamiento de la escuela y la sanidad pública- para las luchas que sin duda tendrán lugar en los próximos tiempos.
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