La Confederación General del Trabajo en Andalucía (CGT-A) manifiesta su más firme y contundente apoyo a la Flotilla Global Sumud, que hoy zarpa desde Barcelona con el objetivo de romper el criminal bloqueo israelí sobre Gaza y llevar ayuda humanitaria al pueblo palestino. Este acto de solidaridad internacionalista, organizado por la sociedad civil global, representa un ejemplo luminoso de resistencia pacífica frente a la opresión y la violencia estatal.
Desde nuestra perspectiva anarco-sindicalista, entendemos que la lucha por la justicia social trasciende fronteras y que la solidaridad con los pueblos oprimidos es un deber ético y político. La flotilla que hoy se dirige hacia Gaza, compuesta por 30 barcos y más de 500 personas de 44 países diferentes, encarna el espíritu de resistencia y persistencia (sumud en árabe) que debe guiar nuestras acciones ante la barbarie.
El pueblo palestino lleva sufriendo más de 77 años de ocupación, despojo y violencia sistemática. El bloqueo marítimo y terrestre impuesto por «Israel» desde 2007 sobre Gaza constituye, según el derecho internacional, un crimen de lesa humanidad. La hambruna inducida, la destrucción masiva de infraestructuras, la falta de acceso a agua potable y medicinas, y el constante bombardeo sobre la población civil son prácticas que violan todos los principios del derecho internacional humanitario.
La CGT-A denuncia que la comunidad internacional, incluidos los gobiernos europeos, ha permanecido cómplice mediante su inacción ante este genocidio en curso. Mientras las instituciones oficiales se limitan a declaraciones vacías, son las organizaciones de la sociedad civil, como la Global Sumud Flotilla, las que asumen riesgos reales para romper el cerco y llevar ayuda a quienes más la necesitan.
Celebramos la participación en esta misión de destacadas figuras como la activista climática Greta Thunberg, la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau y el activista brasileño Thiago Ávila, entre otros. Su presencia no solo da visibilidad a la causa palestina, sino que simboliza la interconexión entre las luchas por la justicia social, ambiental y antiimperialista.
La CGT-A reconoce el carácter pacífico y no violento de esta misión, que ha preparado rigurosamente a sus participantes para evitar cualquier incidente que pudiera ser utilizado como pretexto para la violencia por parte del ejército israelí. Los talleres preparatorios realizados, enfocados en simulacros de situaciones extremas y asesoría legal, demuestran el compromiso con la no violencia y la defensa del derecho internacional.
Este esfuerzo contrasta profundamente con la cobardía de los gobiernos europeos, que en lugar de reconocer el estado de Palestina y sancionar a Israel por sus crímenes de guerra, mantienen relaciones económicas y diplomáticas con un régimen que practica el apartheid y el genocidio. Como bien señala Ada Colau, «somos conscientes del riesgo porque Israel es un estado genocida y criminal», una realidad que los Estados miembros de la UE parecen ignorar sistemáticamente.
La CGT-A rechaza cualquier intento de criminalizar esta acción humanitaria. El derecho a la libre navegación en aguas internacionales está garantizado por el derecho marítimo internacional, y la interceptación de estas embarcaciones por parte de Israel constituye, como señalan los organizadores, «un acto de piratería». La historia reciente demuestra que Israel ha utilizado tácticas violentas contra flotillas pacíficas, como ocurrió en 2010 con el Mavi Marmara, donde perdieron la vida 10 activistas turcos.
Esta no es la primera vez que se intenta romper el bloqueo. Desde 2007 se han organizado 37 flotillas, de las cuales solo 5 lograron llegar a Gaza. Los intentos recientes del Conscience en mayo (atacado con drones), del Madleen (interceptado a 40 millas de Gaza) y del Handala en julio, demuestran la obstinada resistencia de Israel a permitir la entrada de ayuda humanitaria. Precisamente por ello, la escala de esta nueva flotilla, con más de 500 personas y alrededor de 60 barcos, representa un desafío sin precedentes al bloqueo.
Desde la CGT-A llamamos a todas las organizaciones sindicales, sociales y políticas a sumarse a este acto de solidaridad. Es necesario multiplicar las acciones de apoyo en nuestros territorios, exigir a nuestros gobiernos que reconozcan el estado de Palestina y rompan relaciones con Israel, y movilizarnos para garantizar que la flotilla pueda cumplir su misión sin ser interceptada violentamente.
Hacemos un llamamiento especial a los trabajadores del transporte marítimo, los puertos y la logística para que, en el marco de sus luchas laborales, apoyen esta causa justa. La solidaridad obrera no conoce fronteras, y la lucha contra la opresión en Gaza es parte de la lucha global por la justicia social.
La CGT-A se compromete a seguir de cerca el desarrollo de esta misión, a denunciar cualquier intento de sabotaje o violencia por parte del ente sionista israelí, y a exigir la protección internacional de los participantes. Mantenemos contacto con organizaciones de apoyo a Palestina y nos coordinaremos con ellas para ampliar el apoyo a su lucha legítima por la libertad y la autodeterminación.
A las valientes personas que hoy navegan hacia Gaza, recordándoles que no están solas: ¡Adelante, Global Sumud Flotilla! Su coraje ilumina el camino de la resistencia pacífica frente a la opresión. ¡Por un corredor humanitario libre para Gaza! ¡Por la libertad del pueblo palestino! ¡Boicot, Desinversión y Sanciones a Israel!