Ayer, 22 de enero, estuvimos en Jaén, mostrando nuestro apoyo en el caso de Mahamadou Coulibaly con respecto a la agresión sufrida, así como a visitar al propio afectado.
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Estuvimos hablando sobre la situación personal de Mahamadou que nos contó su historia, historia similar a la de miles de personas… que cruzan el estrecho con la esperanza de encontrar una situación mejor que la que viven en su país y la esperanza de vivir una vida digna.
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Al llegar a España, el objetivo de Mahamadou, como el de otras personas en su situación es trabajar y poder mandar dinero a su familia en Mali, pero en ocasiones la realidad con la que se encuentra es bastante cruda.
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Mahamadou se ha encontrado con una agresión que le ha dejado con movilidad reducida, de momento. Por ahora no puede trabajar en nada y, además, como no tenía contrato no tiene ninguna fuente de ingresos.
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A esta situación se le suman varios factores como el desconocimiento del idioma, encontrarse sólo en un país dónde no conoce a nadie y la dependencia de otras personas para gestionar su día a día.
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En CGT no sólo nos parece bochornoso el trato humano que se le da a estas personas, sino que también denunciamos la falta de seguimiento por parte de las instituciones de la situación que se da en los campos andaluces.
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No podemos tolerar más abusos y mucho menos agresiones en los puestos de trabajo. Sólo en la campaña de la aceituna se han dado 3 casos muy graves. Esta situación debe parar cuanto antes y vamos a trabajar para que no se repitan y sobre todo se respeten los derechos humanos.
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