La expansión de CGT en Melilla va consumándose poco a poco, sin prisa pero sin pausa, y con ello se posiciona en la Ciudad Autónoma un nuevo modo de hacer sindicalismo, al margen de la institucionalización de quienes beben y viven del poder político siendo sirvientes del capital y de la patronal.
CGT llegó a Melilla para quedarse y la clase trabajadora melillense va conociendo a nuestra Organización pese a todas las trabas que se vienen soportando desde todos los estamentos.
La implantación y expansión de CGT en Melilla conlleva un soplo de aire fresco y democrático en un entorno demasiado acostumbrado al servilismo político e institucional, siendo por ello el enemigo a batir en los próximos tiempos por quienes no quieren que nada cambie.
La labor de Abderra, Mimón y Ouviña, con quienes CGT colabora cediendo sus locales de Padre Lerchundi para trabajar, está contribuyendo a que se conozca que se puede y se debe hacer sindicalismo defendiendo los derechos laborales y sociales de la clase trabajadora melillense sin subvenciones y sin tener que pagar favores o rendir pleitesía, siendo esta la opción libertaria de CGT Melilla.
Con la llegada de los/as compañeros/as de mantenimiento de jardines de Melilla, CGT conforma un nuevo núcleo de rebeldía frente al poder establecido y conformista, uniéndose a otros colectivos que pausadamente se van organizando para la defensa de sus intereses como ciudadanas/os y como trabajadoras/es.
Desde la Confederación territorial de CGT Andalucía, Ceuta y Melilla damos la bienvenida a este grupo de compañeros/as, estando en la certeza de que el trabajo horizontal, de base y desde las asambleas no tardará en dar buenos resultados y demostrará que hay que ir acabando con el sindicalismo de alfombra roja subvencionado desde la unidad de la clase trabajadora para conquistar los derechos y libertades que este sistema opresor nos viene continuamente arrebatando con pactos innombrables que llevan al retroceso económico y sociolaboral de todas y todos.
