La falsa amistad de los borregos
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No hay nada más frustrante que el silencio de los testigos, que aun sabiendo la verdad callan, viendo como te acusan y atacan. Es una conducta cada vez más extendida, la que domina al ser humano que muestra su indiferencia por supuestos miedos o intereses ocultos.
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Yo lo llamo, la falsa amistad de los borregos, esos, que, para justificar su permanencia en el redil, insultan o menosprecian a quienes no quieren ser tratados como ellos. Aquellos que permanecen por temor a que cualquier mirada se pose sobre si, convirtiendo sus frustraciones y sus miedos en una hermandad con otras personas faltas de valor y llenas de complejos.
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Hay gente para las que el redil es el mejor lugar, a pesar de lo incómodo, sucio y apestoso, prefiriendo esa comodidad nauseabunda y errónea, antes que rebelarse ante los abusos y los golpes, prefiriendo aparentar y continuar en la cerca…y fingir esa falsa amistad de los borregos.
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Carol Garrido
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