Si recientemente CGT aplazó la protesta prevista en el Palacio de la asamblea por la situación de la plantilla de OBIMACE en el polígono del Tarajal tras el compromiso del Consejero de la búsqueda de una solución inminente, El gerente de OBIMACE junto al técnico de servicio y el encargado general de la empresa pública dinamitan la paciencia de los trabajadores, que han sido sancionados con suspensiones de empleo y sueldo con unos expedientes disciplinarios inventados como represalias por hacer visible su situación tercermundista en el puesto de trabajo.
CGT solicita públicamente el cese inmediato del gerente de OBIMACE que actúa como zapa frente a los compromisos del consejero e igualmente exige que se aplique con rigor la normativa laboral frente a las actuaciones del técnico del servicio y encargado general.
Las sanciones de suspensión de siete días de empleo y sueldo con el que se ha castigado a cuatro trabajadores ya están impugnadas ante el juzgado de lo social por la asesoría jurídica de CGT, igualmente están en fase de alegaciones otros dos expedientes contradictorios contra los dos representantes legales de las personas trabajadoras en el Tarajal, siendo un total de seis las sanciones abiertas hasta el momento.
Si el Consejero de Medioambiente no cesa fulminantemente al gerente de OBIMACE tras la encarnizada caza y captura hacia los empleados, CGT dará por rotos sus compromisos y pondrá en marcha acciones de protesta pública por la complicidad del Gobierno de la Ciudad autónoma de Ceuta con la deriva represiva que se ha instalado en esta empresa pública.
El millonario sueldo del gerente de OBIMACE, bien se podría emplear para generar cinco puestos de trabajo en la empresa, que redundarían en beneficio de toda la ciudadanía ceutí, que es la que con sus impuestos sostiene el presupuesto de esta empresa, al aumentarse los efectivos para realizar trabajos de mantenimiento y conservación de Ceuta.
El Consejero debe pasar de las palabras a los hechos y adoptar severas medidas contra quienes le boicotean en OBIMACE, el no hacerlo le convierte en cómplice.
El consejero de Medioambiente debe corroborar inmediatamente con soluciones y actuaciones concretas que la plantilla de la recogida de residuos en el polígono del Tarajal va a poder trabajar en un centro de trabajo que garantice las mínimas condiciones de seguridad y salubridad así como que los expedientes disciplinarios abiertos van a quedar archivados y sobreseídos, porque además de situarles como “personas incumplidoras en el trabajo” le infringe un duro golpe económico en sus nóminas y en sus economías familiares.
La paciencia se agota y si bien se quiere creer en las buenas intenciones del equipo de Gobierno, el empecinamiento de OBIMACE puede llevar al traste esa vía abierta de diálogo para encontrar soluciones satisfactorias de modo inminente.
A CGT no le va a temblar el pulso frente a la represión sindical, frente a la complicidad institucional y frente al trabajo sin medidas de protección y prevención, condiciones impropias en un centro de trabajo de España y la CE.
