Nada más llegar a la ciudad, los pajes de los Magos de Oriente reciben con gozo la noticia de que quienes la dirigen han enviado misivas a UNICEF para que la urbe sea catalogada como Ciudad Amiga de la Infancia. Inmediatamente, trasladan esta buena noticia a sus majestades, quienes se llenan de expectativas al pensar en visitar una población que garantice los cinco derechos esenciales de la infancia reconocidos por Naciones Unidas.
¡Qué alegres se pusieron! Recordando visitas anteriores, les pareció un sueño: ¡todas las niñas y niños de esa localidad tendrían garantizados estos derechos!
- Derecho a ser niños y niñas
Esto, que parece sencillo, varía según las culturas. Una simple ojeada a las televisiones y canales de comunicación muestra las diferencias entre ser niña en Afganistán, Palestina, Congo, Canadá o Alemania, por ejemplo. Tampoco existe una visión unánime sobre qué significa ser niño varón en las diversas culturas del planeta. - Derecho a vivir en entornos seguros y limpios
Este derecho implica seguridad física (estar a salvo de la violencia) y psíquica (vivir sin tensiones o chantajes emocionales). La limpieza está más relacionada con la salud que con la estética, aunque ambas van de la mano. - Derecho a recibir servicios esenciales
Estos incluyen educación, salud, vivienda, calefacción, alimentación, calzado, vestuario, transporte, deportes y cultura, entre otros. - Derecho a ser valorados y respetados
Como personas, niños y niñas deben ser tratados justamente. Garantizar este derecho tiene muchas implicaciones. - Derecho a ser escuchados
La infancia tiene opiniones que deben poder expresar, algo que también desearía la ciudadanía adulta, muchas veces ignorada tras depositar su voto.
El 6 de enero, los Magos de Oriente, motivados por las buenas noticias, esperaban encontrar una ciudad donde cada niño y niña tuviera garantizados sus derechos. Sin embargo, durante las visitas preliminares a la cabalgata, comenzaron a notar que algo no cuadraba con sus expectativas:
- Hay niñas y niños mal alimentados y enfermos sin acceso adecuado a medicamentos ni garantías médicas.
- Muchas criaturas no progresan en sus estudios porque las instituciones no compensan las desigualdades familiares.
- Algunos viven en entornos violentos y son maltratados.
- Otras familias sobreviven hacinadas, compartiendo vivienda con varias generaciones.
Los Magos, preocupados, realizan una visita no oficial a las dependencias municipales para buscar indicios de que el gobierno local está tomando medidas reales. No encuentran pruebas de recursos económicos o personales suficientes para garantizar los derechos infantiles. Al revisar las cartas recibidas, tampoco hallan solicitudes de ayuda por parte de las autoridades locales.
Desengañados, los Magos de Oriente se dirigirán a UNICEF para aclarar el entuerto y pedir que evalúe las situaciones dramáticas de la infancia en esta ciudad. También instarán a que se promuevan medidas políticas que conviertan los derechos teóricos en realidades. Además, recordarán al gobierno municipal que ellos, los Magos de Oriente, están dispuestos a colaborar, siempre que se les incluya en los planes para alcanzar este noble objetivo.