Once millones de euros que se van por las alcantarillas, en lugar de repartirse mediante varios meses de trabajo entre más de mil personas con necesidades y situaciones especiales de supervivencia en la ciudad autónoma.
La semana de feria en Melilla ha sido elegida por la Delegada del Gobierno para anunciar formalmente lo que ya parecía un secreto a voces, el robo político con guante blanco del gobierno más progresista de la historia de 11 millones de euros, que pese a estar presupuestados para fomentar el empleo entre personas en paro de larga duración o en peligro de exclusión social van a ser desposeídas de la tabla de salvación que suponen los planes de empleo.
La Sra. Moh y el PSOE pueden estar orgullosos de reaparecer tras sus vacaciones para disfrutar de la feria de Melilla, sin remordimientos por el mal que causa con su anuncio, pero es el momento de la diversión, ell@s si pueden aunque otras personas a las que no hace mucho les pedían el voto no tengan nada que celebrar ni que llevar a sus mesas.
Una vez más y van…. la clase política demuestra para lo que sirve y el valor que tienen sus palabras, ninguno. En Melilla además con especial énfasis. Nos remitimos, por ejemplo, al compromiso del “cantamañanas, presidente Imbroda, que anunciaba en mayo un plan especial de empleo para 2024 de la Ciudad Autónoma, cuando haciendo de pitoniso auguraba lo que la Delegada del Gobierno anunciaba oficialmente en el día de ayer. Si bien la profecía se va a cumplir en lo que respecta a Sabrina Moh también va a quedar latente que el alcalde presidente de Melilla miente más que habla.
Mientras la fiesta y la diversión se perpetua para la dirigencia política melillense durante la feria, esta da un nuevo golpe mortal a las espectativas de sustento básico de personas y familias completas que se encuentran inmersas en una verdadera “emergencia social y habitacional”, pero da igual “que viva la feria”.
Cientos de familias melillenses, muchas numerosas, no tienen nada que celebrar ni que llevar a sus mesas y vuelven a comprobar en sus carnes lo que la sociedad en general y las personas en particular importan a quienes desde sus poltronas se enriquecen con dinero público mientras les hunden en la miseria con sus actuaciones políticas y desatención generalizada hacia la parte más débil del extracto social.
Para CGT, el anuncio y confirmación por Moh de que no pondrá en marcha el plan de empleo de la Delegación del Gobierno 2024 supone un atraco social en Melilla con “feriedad y alevosía” y la confirmación de la indignidad y falta de sensibilidad de una delegada del gobierno y secretaria del PSOE de Melilla que mientras se divierte en la feria da un golpe letal a la base social ciudadana robándoles las expectativas y la ilusión de trabajar unos meses y poder subsistir, robo que se suma al perpetrado en las nóminas de las personas afectadas por los anteriores planes de empleo y a la discriminación que se les aplicó para vergüenza de un partido político que en sus siglas lleva la S de “socialista” y la O de “obrero”.
Por otra parte, CGT reta al Presidente de la CAM a pasar de las palabras a los hechos y activar el Prometido plan de empleo especial 2024, más necesario que nunca tras la confirmación de Moh y los datos del paro galopante en Melilla que se van a conocer hoy.
Si la clase política melillense sigue divirtiéndose con el dinero de todas y todos, vive aislada de la situación social y continúa encerrada en sus particulares burbujas del bienestar e ignorando la gravedad de la situación que padecen la mayoría de familias humildes de la ciudad autónoma, debe dejar de ser la representación pública de la ciudadanía y así lo va a exigir la población en la movilización general en ciernes que está diseñando CGT, si el próximo día 10 de septiembre se acuerda con colectivos y movimientos sociales de la ciudad en las reuniones que se mantendrán durante toda esa jornada, que se combinará también con la protesta pública de la plantilla del centro de menores de La Purísima exigiendo la municipalización del servicio y el abono de las diferencias económicas que acumulan desde hace años.
Cuando la ciudadanía no tiene nada que perder, pierde hasta el miedo
